miércoles, 21 de abril de 2010

MURO DE LOS LAMENTOS


Según la leyenda, cuando las legiones del emperador Tito destruyeron el Templo de Salomón, sólo una parte del muro exterior quedó en pie. Tito dejó este muro para que los judíos tuvieran el amargo recuerdo de que Roma había vencido a Judea (de ahí el nombre de Muro de las Lamentaciones). Los judíos, sin embargo, lo atribuyeron a una promesa de alianza entre Dios y el pueblo judío, según la cual, siempre quedaría en pie una parte del sagrado templo como símbolo de ese pacto. Los judíos han rezado durante dos mil años frente a este muro creyendo que es el lugar más sagrado de la tierra, ya que no pueden acceder al interior de la Explanada de las Mezquitas, que sería el más sagrado de todos. Allí oré por ustedes y en un papelito, dentro del muro, dejé todos sus nombres para que Dios no deje de acompañarnos, de amarnos y de iluminarnos cada día.











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