jueves, 22 de abril de 2010

JORDANIA (Wadi Musa)

Petra es una ciudad del Reino Árabe de Jordania, ubicada en uno de los filos de la gran fosa del Rift, aproximadamente a doscientos cincuenta kilómetros de Ammán. Su tierra fue marcada por las sucesivas invasiones de otras culturas y por la presión de estar a sólo unos kilómetros de uno de los puntos religiosos más importantes del planeta. Para el año 1200 a.C, llegaron a esta región los Edomitas; la misma tribu que es nombrada en El Antiguo Testamento de la Biblia y que ha sido enemiga acérrima de los hebreos. Ellos dieron el nombre de Edom a su lugar de asentamiento: el mismo lugar que actualmente se conoce como Petra. En el 800 a.C aproximadamente, sus vecinos y gigantes empezaron a desear estas tierras y así, toda la región pasó por los gobiernos sucesivos de asirios, babilonios, persas y griegos. Para el último siglo de esa era, los romanos conquistaron la ciudad, manteniéndola bajo su administración –con algunos altibajos– hasta el siglo VII, cuando los árabes musulmanes se apropiaron del lugar. Los cruzados cristianos no tardaron en llegar y los problemas se extendieron hasta el 1500, cuando los turcos otomanos la convirtieron en una provincia de su imperio. Ya en la Segunda Guerra Mundial, una rebelión árabe expulsó a los turcos otomanos. Los británicos la llevaron a condición de protectorado, categoría que se disolvió cuando en 1946, Abd ul-Alá consiguió la independencia y se transformó en el primer soberano del Reino de Transjordania. De allí en más, la historia de la región está marcada por luchas intestinas y externas, sobre todo con Israel ya que gran parte de los habitantes de Jordania son refugiados palestinos. Musulmanes y cristianos conviven bajo un mismo cielo.
Caminando por las calles de Petra, lo que se percibe es un aire monumental y silencioso, como si cada uno de sus edificios inspirara un respeto increíble a sus habitantes callados y austeros y a toda la ciudad. Una vez allí, lo único que queda es acostumbrarse a moverse en desniveles de rocas: toda la ciudad tiene esa característica. Quizá lo mejor de llegar a este destino es que su descubrimiento como sitio de interés es bastante reciente. Son las ciudades vecinas las que albergan a los viajeros. En la actualidad, la región donde se levanta Petra es un lugar muy concurrido por arqueológos, quienes llevan a cabo varias excavaciones. Esto se debe principalmente a su rica historia y misticismo, que –se presume– encierra cientos de secretos y maravillas. Petra es, ante todo, una ciudad que sorprende. Entre los sitios más interesantes para descubrir están:
El Siq:
Este afamado pasadizo –inmortalizado en la película de Indiana Jones– es el que conduce a la ciudad de los nabateos. Llegar allí es verdaderamente impactante: una ciudad entera con influencias estilísticas de diferentes orígenes. Los dibujos y tallados de sus paredes abren la imaginación, aunque todo el tiempo uno tenga la sensación de que el misterio y los secretos de este lugar son infinitos. Al final del camino se llega al Tesoro.
El Tesoro:
Emblema de Petra, este edificio de tonalidad rojiza y de un estilo clásico indiscutible, se lleva todos los aplausos. Tanto por afuera como en el interior, las columnas marcan una presencia importantísima. Uno se siente realmente pequeño en ese lugar tan grande. Todo el edificio está esculpido en una pared de rocas.
Djinn Blocas:
En este complejo monumental, lo que abunda son las formas geométricas. Djinn Blocas –o los Bloques de Djinn– es uno de los misterios de la ciudad, ya que aún no se conoce bien su función. Las teorías más concretas apuntan a que sean tumbas.
Tumba de los obeliscos:
A esta tumba la acompañan cuatro columnas enormes y es por eso que su nombre nos habla de obeliscos. Curioseando, uno llega a ver habitáculos que eran destinados a rituales y banquetes mortuorios.
Calle de las Fachadas:
La calle de las Fachadas es la principal calle de la ciudad y eso se hace notar. Caminando por ella se llega a los monumentos más importantes y a los tesoros variados que encierra Petra. Tampoco faltan los vendedores callejeros, que por un módico precio ofrecen todo tipo de artesanías tradicionales. Los niveles varían y hay que resistir el sol de Jordania, pero realmente vale la pena recorrerla en su totalidad.
El Teatro:
Este teatro, que data del siglo I a.C., tiene espacio para cerca de cuatro mil personas. Su aire griego no pudo ser destruido por el terremoto que azotó a Petra en el siglo IV, y la estructura está tan bien hecha que aún se conserva.
Las Tumbas Reales:
Este complejo de Tumbas colectivas guardan los restos de los más importantes personajes de Petra, reyes incluidos. Lo mejor es que por las invasiones que sufrió la ciudad, se encuentran tumbas de diferentes estilos y cada uno difiere tanto del otro que son reconocibles a primera vista. Así, lo corintio se mezcla con lo bizantino, en un paseo por la historia de la arquitectura y de las civilizaciones antiguas, con una belleza y valor incalculables.
El Decumanus:
Este es el camino de origen romano, que lleva a diferentes edificios de la ciudad. Se caracteriza por su pavimentación, algo poco usual por estas tierras llenas de polvo. Recorrerlo se vuelve casi una obligación.
Qasr al Bint:
Este enorme Templo nabateo que sobresale en el camino es otra de las maravillas de Petra. Seguramente perteneció a la familia real y se supone que cumplía la función de ser un lugar de ritual al dios Dushara. No está hecho en piedra y eso lo diferencia del resto de los templos y edificios de la ciudad.
La comida de Jordania es en su mayoría de origen árabe. Nunca faltan los picantes y las famosas empanadas árabes, los nombres extraños y la variedad de condimentos.













Jordania está en el desierto de arabia, tiene en su mayoría una población de orígen palestino. Cuenta con unos 5.9 millones de habitantes. Los auténticos jordanos son de orígen beduino (nómada). Su capital es Ammán. Son musulmanes con un bajo porcentaje de cristianos en especial ortodoxos. El rey es el Jefe de Estado, actualmente Abdullah II y su esposa Rania Yasín. Moneda el Dinar Jordano. De Aqaba pasamos a Wadi Musa... una de las ciudades que más me gustó...un poco fría por esta época, allí nos hospedamos en un hotel hermoso donde me celebraron el cumpleaños.

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