Es un lugar triste... demasiado. Lo recorrí en cuestión de minutos. Cuenta la historia de los seis millones de judíos que murieron durante la segunda guerra mundial a causa de la maldad y la locura humanas. Se les estigmatizó como un fermento en descomposición, desórden, caos y degeneración racial. Un judío hombre de 73 kilos de peso en los campos de concentración, podía llegar a pesar 31 kilos promedio en 11 meses. Una barbarie!. Aún siguen sin identificar cientos de personas que murieron inocentemente. Mucha gente allí llora sus muertos. Se pide guardar silencio por respeto a ellos y a tantos difuntos. Es un verdadero santuario. Hombres y mujeres sin excepción (limitados y no limitados), prestan su servicio obligatorio por tres años en Israel.
miércoles, 21 de abril de 2010
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